Cada edad invita a un tipo de juego, según el momento evolutivo en el que se encuentra cada niño.
Las oportunidades para jugar de forma libre provocan que los niños crezcan felices e integrados. El juego libre resulta crucial para que una persona llegue a ser socialmente competente, maneje y viva adecuadamente sus emociones y desarrolle habilidades cognitivas como, por ejemplo, la capacidad para resolver problemas.
Dos veces a la semana se realizarán propuestas de actividad como preparar pan o exploración y juego con materiales diferentes a los propios del día a día.
